sábado, 31 de diciembre de 2011

29/12/2011 … y sigo sin sentir que estamos en Navidad

Continuando desde donde lo dejé más o menos, digamos que se me pasó la Navidad como que tal cosa. Entre que aquí no es Navidad, que hace siempre el mismo tiempo (o sea, todos los días en manga corta), y no veo luces y una vorágine de gente comprando como loca (lo cual tampoco echo de menos, para qué nos vamos a engañar), pues que no me hago a la idea que estamos en estas fechas señaladas. Eso sí, he estado pensando especialmente en mi familia, y en cómo podría estar pasando un tiempo con ellos y no lo estoy haciendo … pero este año toca esto.

La verdad es que al menos no tuve que trabajar, que casi tengo que dar las gracias porque ha caído en domingo, y afortunadamente el año Nuevo también pillará en fin de semana, así que respiro tranquilo :). En cualquier caso, la cena de Nochebuena fue bastante modesta, es decir, como cualquier otro día, aderezado con unas galletas de chocolate como postre que les habían sobrado a los niños. La comida de Navidad fue un poquito mas especial, pero porque coincidió con el cumpleaños de Sister Anita, y al menos tuvimos un bizcocho. Bueno, también tuvimos villancicos durante la velada, jeje, no estuvo mal, simplemente diferente.

En la tarde, no sé si por Navidad o porque sí, me invitaron a una casa a ceremonia del café, esta sí que no era de rebote, y vi una casa etíope por dentro, que estaba bastante arregladita. Quitando que el baño, común, lo tienen fuera en el patio, y que se lleva más lo de la ducha de agua fría y el agujero en lugar de WC, la verdad es que era como cualquier casa de pueblo, hecha con materiales normales, nada lujoso, pero acogedora. Lo interesante vino después, cuando me di cuenta una vez más, que aquí lo de encender las farolas se estila sólo a veces, pero al menos tenía mi móvil linterna (gracias Camilo). Digo al menos, porque el otro día volví sin luces todo el camino, y afortunadamente ya me lo sé, pero con los baches que te encuentras, volver a casa puede ser un deporte de riesgo.

Al margen de esto, novedades de esta semana:

- De como los animales se aparecen en el jardín.
Digo animales, porque un día me encuentro cabras y ovejas pastando en el jardín del College, al día siguiente un torillo me lo encuentro cerca de mi casa, pastando en el jardín de la misión, que posteriormente se ha aparecido varias veces a lo largo de los días (y pensar que no me bajaba en las vaquillas de mi pueblo y ahora me encuentro uno ahí en cuanto salgo por la puerta); y el remate ha sido, cuando termino la clase ayer, y me está esperando Nieves toda ilusionada para enseñarme una serpiente de un metro, medio verde medio gris, que por lo visto es bastante venenosa. Cuando me la han enseñado, el vigilante ya le había aplastado la cabeza y estaba muerta, pero está bien saber que tengo que mirar al suelo cuando salga por la noche del College :)

 Celebración de Gabriel:
Resulta que como la mayoría de los compañeros aquí son ortodoxos, y hoy celebran fiesta por el ángel San Gabriel (algo así como la Anunciación), hemos ido a un pueblo cercano con el mismo nombre, Gabriel, para ver como celebraban este día especial (nos hemos apuntado Desta, que es ortodoxo, Nebi, que es protestante pero iba como yo, en plan curiosidad, y yo). Como había clase hemos tenido que ir un poco más tarde, pero he visto como un enorme grupo de personas “peregrinan” allí para festejar el día y rezar en la iglesia, que por cierto están construyendo una bastante maja (sobre todo si la comparas con la antigua, a la que también fuimos, y que es como una casa muy vieja, y en la que no caben los miles de personas que participan en estas cosas).
La ida ha sido interesante, pues era la primera vez que me alejaba tanto de Zway en bici, y ha sido como la versión etíope de Verano Azul, obviamente sin Piraña (que aquí no hubiera aguantado ni dos telediarios sin su bocadillo de chóped). En fin, la marcha ha venido marcada por una gran cantidad de polvo que nos ha cegado todo el camino, sobre todo cuando te adelantaban los minibuses, los carromatos, o los vehículos tipo tuk-tuk, que dejaban una nube tras de sí.
Cuando nos íbamos acercando a Gabriel hemos empezado a ver los invernaderos holandeses de flores que exportan a todo el mundo, y junto a los invernaderos, un canal con agua que va al lago y que tenía una espumilla un tanto sospechosa. Al llegar al lago, el paisaje se ha tornado mas interesante (si mirabas en direccion contraria a los invernaderos, claro), con zonas de marismas y zonas despejadas, gente bañándose, como siempre múltiples pájaros, hemos atravesado puentes sobre los canales que desembocan al lago y finalmente hemos aterrizado en la zona de oración. Digo de oración porque en cuanto íbamos a pasar la puerta, Desta ya se ha puesto a hacerle cosas a la puerta, siempre tres, cabezadas, besos y demás. Yo por mi parte me he quedado con cara de poker, sin saber muy bien qué hacer, lo que ha generado una carcajada entre mis acompañantes y un “anda tira, que tú no tienes que hacer nada”, pero en inglés.
Nada mas entrar, un puesto vendía una especie de cuerdas entrelazadas con cera, o lo que viene siendo una vela, pero como si fuera una enorme mecha naranja. Luego me he enterado, que o bien podías encender la vela para rezar, o bien podías cederla como donación para la iglesia. Cuando hemos llegado a la iglesía, nos hemos tirado ahí en plena solana y de pie, escuchando cómo diversos religiosos y finalmente el obispo de la zona agradecían a la gente que había ayudado económicamente (uno a uno, los nombres de la gente, no perdérselo), agradecer a la gente que había ayudado en las ceremonias, y diversos discursos religiosos que obviamente no he entendido.
Luego, caminata/procesión con cantos y tambores incluidos hacia la iglesia vieja, que cuando la he visto he entendido por qué necesitan otra, y tras esperar a Desta para que terminara sus cositas (volver a rezar mientras golpea suavemente la cabeza y besa 3 veces la pared de la iglesia), nos hemos acercado al lago; el mismo lago Zway que me fascina en la ciudad y que aquí parece más abierto aún, y desde donde se pueden divisar perfectamente todos los islotes, e incluso una montaña que está en la otra orilla. Allí nos hemos echado unas risas, nos hemos hecho fotos, y me han enseñado el bonito arte de limpiarte los dientes con un palo. Este palo es el clásico cepillo de dientes etíope, un cacho de rama de un árbol concreto, que lo rompes para que quede la fibra de dentro y te lo pasas como si fuera un cepillo, y según ellos la gente que lo usa tiene los dientes muy limpios (aunque, yo no he visto a tantos con los dientes super blancos, y él me ha dicho que ahora usa cepillo y dentífrico, así que el no debe estar muy convencido del palito). El caso es que estos palos, hasta los venden en algunos sitios … aquí el que no tiene negocio es porque no quiere.

De vuelta, comida fuera, con injera y diversos complementos de carne cada cual mas especiado, donde me han vuelto a mostrar gestos de amistad dándome de comer, con las manos, claro. Y después, partidita de billar, intengrándome con otros amigos de Desta, y donde he demostrado que no soy muy bueno, aunque lo hemos pasado bien.


Para el próximo capítulo, veremos cómo he pasado la Nochevieja (que me la espero similar a Nochebuena), pero al menos veré a ver si puedo quedar con los amiguetes de aquí y les muestro el producto español, que he traído jamón y turrón del duro … ¿les gustará o dudarán con la carne de cerdo? Lo sabremos.

Por lo pronto, FELIZ AÑO NUEVO a todo el que lea esto.

lunes, 26 de diciembre de 2011

22/12/2011 Sabor agridulce, tras la ceremonia del café

Bueno, el domingo no fue muy intenso, aunque para las hermanas estuvo marcado por la visita de Don Bosco (la estatua, claro, con la mano dentro). Resulta que yo no participé mucho, no nos vamos a engañar, pero lo pusieron en un campo de fútbol, colocarón cientos de sillas, y los alumnos de los colegios salesianos hicieron diferentes actuaciones, de representación, baile, y hasta artes marciales (con aro de fuego y todo).., vamos, toda una atracción para otros alumnos, padres y curiosos en general.

Estuve un ratito por allí viendo un poco el ambientillo y me fui. Mi aportación fue un poquito mayor al día siguiente, que llevaron en plan procesión la estatua del campo de fútbol hasta la furgoneta en la que lo transportaban y fui el fotógrafo oficial (voluntario obligado) de la procesión. No estuvo mal, tras la estatua lo seguían estudiantes con una enorme bandera de Etiopía y los niños del Kindergarden fueron cantando con sus babis de colores. Aunque también he de decir que, viendo de cerca la estatua, me enteré que la mano debía estar metido en una caja cerrada con llave en la base de la estatua; vamos que la expectación que me estaba causando la mano esa, quedó en nada.

A nivel académico, la semana ha sido relativamente tranquila, aunque muy ocupada, como siempre, y con otro exámen más, para ver si me mejoraban un poco con el Windows, que la presión a veces funciona, y con la novedad de que probablemente, el otro profesor se vaya, bien por su propio pie porque está haciendo entrevistas en Addis (que por eso ha faltado la mitad de lo que llevo aquí), o bien porque como ha faltado tanto le van a sugerir que se vaya, así que me toca jornada de mañana, y de noche, aderezada con preparación el resto del día … que ni en Accenture iba a trabajar tanto, jeje. La verdad, es que lo de dar clase me está gustando, aunque espero estar haciéndolo bien, pues no es tan fácil valorarlo con los resultados que obtenemos.

Como novedades etíopes:

1. Tuvimos una comida en la que participaron la mayoría de los compañeros etíopes que tenemos aquí, y como muestra de amistad algunos dieron de comer a otros, con las manos la mayoría de las veces, como no podía ser de otra manera, y luego también lo hicieron conmigo. Aún estando con el estómago un poco delicado, lo acepté de buena gana apreciando el gesto y bueno, una cosa local más que he vivido... es agradable que muestren su cariño también conmigo.

2. Además, ¡por fin he estado en una ceremonia del café!, que le organizaron a la voluntaria de Bilbao ya que se fue ayer. La ceremonia en sí viene durando unas dos horas, y consiste en preparar el café desde que es grano (puro) hasta que te lo tomas en taza con un montón de gente, charlando y escuchando música de la zona. Como conclusión, no me extraña que esté tan bueno el café aquí, y no me extraña que no tenga nada que ver con ningún café que haya probado en otro sitio... explico el proceso:

- Antes que nada, se prepara toda la parafernalia que consiste en un soporte de metal donde se ponen las brasas para calentar agua y hacer el café, otro pequeño soporte similar de cerámica donde se ponen más brasas para echar incienso, la bandeja con las tacitas y un balde para lavar las tazas. Además, una especie de tetera de metal, para calentar el agua que se usará tanto para hacer el café, como para lavar las tazas, y un recipiente de cerámica, tipo botijo pero con los pitorros más largos, donde se hará el café.

- Empezando con la elaboración, primero, se cogen los granos de café y se lavan a conciencia para quitarle todo el polvo que pueda tener (primera vez que veía un grano de café sin tostar, y por cierto, no huele apenas);

- Luego se echan los granos en un platillo metálico que se pone encima de las brasas y se tuestan, moviéndolos continuamente hasta que se ponen negritos (creo que aquí está uno de los puntos para el sabor, depende cuánto lo dejes tostar sabrá mas fuerte o mas suave, mejor o peor, es importante pillar el punto).

- Una vez tostados los granos se enfrían un poco, y se echan en un mortero donde son molidos, a mano, con golpes (no con frotación), lo cual es importante por lo que me dijeron, porque no sabe igual si lo mueles así, que si lo haces girando el palo o con molino eléctrico, etc

- Una vez molido se echa en el recipiente cerámico y se echa agua hirviendo, y para calcular si está bien cargado se echa un poco en una taza y dependiendo del color se echa mas o no.

- El recipiente se pone en las brasas y se le pone un tapón, y se deja hervir.

Todo este proceso se hace muy tranquilamente y viene durando una hora, y para aquellos que piensen que esto es algo que se hace porque es fiesta o algo así... no, por lo visto el café siempre lo hacen así (sin toda la parnafernalia y los adornos) pero el proceso de hacer el café siempre es así, y hay veces que lo hacen hasta dos veces al día. Lo hacen las mujeres, y lo sirven también las mujeres (intenté ayudar pero tampoco me dejaron hacer mucho, que conste), y lo sirven con pastas, o en este caso con un enorme pan recién hecho que tenía un toque dulce, y con palomitas de maíz (lo de las palomitas por lo visto es importante también).

Después de todo esto, obviamente estaba bueníiiiiiiiiiisimo, y mira que yo era de tomarme el café con leche, pero aquí casi es un pecado echarle leche al café.

La verdad es que nos juntamos unos cuantos y lo pasamos bien, y así conocí a más gente, y me han asegurado, que en este año, ya me invitarán a alguna otra ceremonia del café, pero por invitarme, no porque me vaya, jeje, así que ya estoy deseando repetir.

Como punto triste, decir que esta mañana se han ido los niños finalmente. Hemos aprovechado todos a jugar con ellos y pasar rato juntos, y yo pensé que no me iba a afectar pues llevo menos de un mes aquí, pero la verdad es que cuando se han subido todos al autobús y me despedía de ellos a través de las ventanas me entró muchísima pena. La pena, claro está, es por mí, porque a ellos el disgustillo se les pasará y estarán muy bien en sus nuevas familias, así que por esa parte, estoy contento por ellos. Quién sabe si algún día me encuentro a alguno de ellos, en Italia, o donde sea.

Quizá por el tema de los niños, para no sacar el tema en la comida, se ha estado hablando un poco del sistema educativo universitario y un poco de política. El tema está complicado si eres estudiante en Etiopía y sacas buenas notas, porque por lo visto, si antes de la Universidad superas cierta puntación, el Estado te dice qué y dónde tienes que estudiar, y puede ser algo que no te gusta y encima en la otra punta de Etiopía, no hacen diferenciación. La parte buena es que te pagan gran parte de los estudios si vas a una Universidad pública, y de nuevo la parte mala es que realmente no te lo pagan, sino que es un préstamo que tienes que devolver los primeros años cuando terminas la carrera trabajando para el gobierno, y si no lo haces no te dan el título, así que no tienes mucha elección.

En relación a la falta de libertad, también se ha hablado de las consecuencias de estar contra el gobierno. Resulta que en muchas ciudades han demolido negocios enteros, oficialmente por no cumplir con los requisitos para los que se había cedido el terreno (porque aquí no hay títulos de propiedad, es comunista, y todo es del estado y lo cede o alquila por X años), pero extra-oficialmente, solo se han quitado los negocios que estaban contra el régimen actual. Evidentemente, la gente que tenía esos negocios, se ha llevado todo, algunos hasta los cimientos, porque no están como para andar dejando nada, pues parte de esos negocios lo regentaba gente bastante pobre.

En definitiva, una vez más, caras contrapuestas de la moneda que es Etiopía, gente encantadora y siempre sonriente, costumbres lindísimas, pero también gran cantidad de niños huérfanos (o abandonados), gente pobre, y una ignorancia y una falta de libertad que puede que sea la principal responsable de todo lo demás... sabor agridulce, tras la ceremonia del café, aunque como digo, aquí siempre la gente tiene una sonrisa y muchas veces no te das cuenta (ni se dan cuenta) de lo que carecen (si ellos supieran que deberían poder elegir).

domingo, 18 de diciembre de 2011

17/12/2011 Primeros exámenes

Finalmente los peques no se han ido aún, así que disfrutamos de ellos unos días más, ahora que se han acostumbrado a mí y ya no se asusta ninguno cuando ven al nuevo blanquito que se acerca. De hecho ya corren hacia mí a veces cuando me ven, así que es buena señal ¡qué majos, son tan pequeños y tan cariñosos!

La semana se ha pasado volando, muy liado como casi siempre aquí, pero encima esta semana ponía mis primeros exámenes, cuyo resultado ha sido un tanto decepcionante. Aunque los alumnos te digan que entienden las cosas, no significa que sea verdad, jejeje. Ya me imaginaba que era así con algunos de ellos, no soy tan ingenuo, pero no pensé que fuera con tantos. El caso es que ya no es que no entiendan porque lo explique mal (que en algunos casos también será eso), sino que tienen dificultades para entender el inglés directamente, pues les he puesto unos exámenes muy fáciles, con cosas tan básicas que incluso se supone que debían saber antes de entrar en el College, y no hubo manera. Para el examen que era teórico, 20 minutos antes de clase, les recordé y re-expliqué 3 veces una cosilla que les pregunté acto seguido, y aun así no lo puso la mayoría… Después de la pequeña desesperación que me causaron los resultados y mi continua pregunta de cómo solucionar esto (que aún me estoy haciendo, porque se me ocurren diferentes métodos pero hay veces que no puedo luchar contra el hecho de que no entiendan el inglés) ahora ya estoy más tranquilo y voy a intentar simplificar más aún todo, les mandaré ejercicios, y entre otras cosas les he pedido que me pregunten 25 veces si hace falta (lo cual tras decírselo a razón de 300 veces les hacía gracia, pero no sé si realmente me preguntarán). Por cierto, se aceptan sugerencias sobre cómo contar conceptos un tanto abstractos a gente que no te entiende cuando hablas…

Adicionalmente he pasado la situación de pillar a un alumno copiando. Nunca lo había visto desde la perspectiva del profesor, pero es que realmente fue muy descarada la cosa, pues le veía mirar la mano más de lo normal y luego esconderla cuando se percataba que me aproximaba a su sitio. El tema es que cuando me acerqué y le pedí que me enseñara la mano la tenía totalmente escrita; que vale que era bolígrafo negro y ella era oscurita pero mira’ver, parecía que tenía medio temario en la mano y parte del brazo (solo le faltó apuntar los números de las diapositivas). En fin, supongo que estas cosas pasan.

Como destacados de esta semana confirmar que sigo sin enterarme en qué día estoy, me explico: yo estaba pasando lista y apuntando a la gente como si estuviera en Diciembre … cuál fue mi sorpresa cuando viene el director con las nuevas listas para el mes que entra (estábamos a 14 de Diciembre de 2011 a las 10 de la mañana). El caso es que estábamos a 4 de Tahsas de 2004 a las 4 de la mañana en tiempo etíope, y es cuando me dije a mi mismo que tenía que organizar un poco mi vida y aprenderme de una vez por todas cómo es el tiempo aquí, porque tengo un cacao, y los únicos profesores que tenemos conflicto somos el de inglés, que es americano, y yo; para los demás es normal. Nota: ninguno de los dos rellenó bien la lista del mes anterior (Hidar) porque pensábamos que estábamos en Noviembre, ¡fíjate qué tontería!

También esta semana se ha ido David, y aún está Sandra, pero se irá la semana que viene. El caso es que como él se va, llevando ya más de un año aquí, pues quedamos algunos para hacerle una despedida, con zumito rico y algo de bollería: croissant (redondo, no de cuernos), bizcocho y bombolino. Un poquito seca la bollería pero buena. Pasamos un buen rato, hicimos fotos y nos reímos un rato, aunque ya me han dicho que aquí no llevan mucho lo de quedar, así que tendré que ir viendo cuáles son los posibles planes para los fines de semana. Me han comentado que son muy dados a invitar (lo cual ya he comprobado, porque desde que llevo aquí ningún etíope me ha dejado pagar, ni siquiera el pan de la cafetería del College que cuesta 0.70 birr, que viene siendo 0.03€), y se les termina el dinero, y luego ya no salen mucho. Ya veremos si me dejan invitarles a ellos algún día, aunque sea para celebrar la Navidad.

Respecto a la Navidad, ya empiezo a pensar en cómo pasaré esos días aquí. Viendo la perspectiva que me espera, que estaré con las monjas, ya les he pedido que me enseñen algún villancico en etíope, y así al menos me integro un poco más y aprendo algo más de la cultura. En cualquier caso, teniendo en cuenta que aquí el 25 de Diciembre no es Navidad, ni el 1 de Enero (22 de Tahsas) cambia el año, pues nada, será algo suavecito, aunque he traído turrón del duro, que paliará un poquito el cambio. Eso sí, lo voy a celebrar dos veces, porque el 7 de Enero, que es el día de Navidad aquí, quiero ver cómo lo celebran... espero tener suficiente turrón para los dos días.

Al margen de eso no muchas novedades, la rutina en la misión sigue su curso con pequeñas variaciones, como que por lo visto viene este fin de semana Don Bosco a la misión… que para aquellos que no lo sepan (como yo antes de venir) es el fundador de los/las Salesian@s. El tema es que este hombre fundó la congregación hace como unos 120 años, y mi pregunta fue, ¿y no será un poquito mayor para venir aquí?. Mi pregunta tuvo pronto respuesta cuando me enteré que viene la estatua del hombrecillo, pero con la mano real, que además de… vamos a decir “inquietante”, pues trae mucha alegría por lo visto, porque va recorriendo el mundo pasando por las diferentes centros de Salesian@s, así que es una suerte que le hayamos pillado este año. Harán miniprocesión y lo dejarán ahí para que rece la gente y le pida cosas. Yo, aunque algo escéptico, optaré por ir y ver el ambientillo, que creo que es lo menos que puedo hacer por respetar este entorno, y además cuantas veces voy a poder ver la mano de Don Bosco…

Hoy por lo pronto, por si mañana el evento este dura mucho tiempo, me he escapado al lago de nuevo. Me encanta, he estado casi dos horas entre unas cosas y otras ahí pasmado, pensando en mis cositas. Esto ha sido posible porque he conseguido un sitio debajo de un árbol donde no se me veía mucho, y porque después del día en lago Langano la semana pasada ya he tomado un tono Machiatto, que no llega a abesha (etíope), pero al menos ya no soy un lechoso “faranji”. De todos modos, aunque de manera más discreta, mis paseos siguen atrayendo a grupos de niños que están deseando saludarme y darme la mano, que parece que les hace ilusión o risa tocar a alguien tan distinto ¡qué graciosos!

Esta vez he podido ver un águila real, garzas, martines pescadores (¿se ponen las dos en plural?), diferentes tipos de ánades (unos que eran grandes como gansos no sé si están en periodo de apareamiento, porque he visto varias parejas con ritos muy sonoros, y que por cierto, se ponen en unos árboles tipo ficus que son enormes, con troncos y ramas muy gruesos, y el más alto que he visto podría tener al menos 30 metros), etc. Además había gente lavándose y un grupo de niños bañándose y jugando en el agua, ahí en pelotillas, dejando claro que no hay cocodrilos, jeje, aunque creo que para no locales no es muy recomendable bañarse, aunque sea por las larvas que hay por ahí y se te pueden meter hasta por la piel, me han comentado. He estado después en una zona de charca donde jóvenes estaban tranquilamente en grupos charlando, leyendo, relacionándose en general, pero mezclado con caballos pastando, cabras, vacas, perros, carroñeros, … una mezcla peculiar, y que como yo soy de ciudad quizá estas cosas me sorprenden más, pero me hace gracia ver cómo todos los animales domesticados están sueltos mezclados con la gente, y los salvajes también cerca de la gente. Me resulta curioso también pensar cómo aquí de repente vas a un poblado y puedes estar en medio de un grupo de vacas y algún toro con unos cuernos tan grandes como mi brazo y te parece algo normal, cuando si me hubiera pasado antes, cuanto menos me hubiera planteado buscar un salida de emergencia por si se le cruza el cable a alguno. Aunque creo que ayuda el hecho de que no hay salida de emergencia porque es campo abierto, y porque los niños que me llegan casi por la rodilla se dedican a coger a las vacas y a los burros de la cola, o darles golpes con palos (bien fuerte por cierto) para controlarlos sin tan siquiera pestañear.

Nada más interesante por el momento. En el siguiente capítulo… ¿me dio la mano Don Bosco?, jejeje.

PD: me han vuelto a picar/morder pulgas… así que ya no sé si se mantienen aferradas al vaquero que llevaba puesto el día que fui al mercado (porque también es casualidad que sea con ese pantalón), o es que se montan de nuevo. Como no tengo intención de quemar el pantalón, estoy buscando alternativas, porque por lo visto lavarlo con agua normal no es suficiente… quizá en la lavadora de las monjas con agua caliente... Veremos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

11/12/2011 Despedida a lo grande de los peques de la misión

El fin de semana ha traído como destacable el Bokolo y la despedida de los niños de la misión que en unos días se los llevan a un orfanato para adopción y ya no los volveremos a ver.
El sábado fue el Bokolo, que es la entrega de maíz a aquellas familias que son más pobres y que se hace cada 2 semanas. Es una obra muy bonita, pero impresiona ver la pobreza y la delgadez de ciertas personas. La mayoría de los que vienen son mujeres y niñ@s, y te da un vuelco el corazón cuando algunos de ellos, bien por su corta edad, por su ancianidad, o porque son mujeres con un bebé a la espalda, cogen los 20 Kg de maíz y casi no pueden ni llevarlo (y algunos, por no decir muchos, no viven cerca). Viendo el panorama intenté echar una mano en lo único que podía hacer (pues ya lo tienen muy organizado) que es ayudarles a llevar los sacos hasta la puerta de la salida. Empecé con ilusión y una sonrisa, y poco a poco me fue cambiando la cara pensando en la absurdez que suponía que les llevará el saco hasta la puerta, que son escasos 200 metros, cuando ellos tienen que recorrer después 1 Km, o varios si son de alguna zona rural cercana. Me sentía bien y mal a la vez pensando que realmente ese gesto lo hacía por mí, para yo sentirme satisfecho, o bien colaborar en que la distribución del grano fuera más rápida, pero en cualquier caso a ellos no les hacía prácticamente nada. Algunas te lo agradecían pero no quiero ni pensar cómo llegarían a casa con ese pesazo a la espalda.
Le seguí dando vueltas el resto del día y lo extrapolé al año que estaré aquí. Evidentemente me siento bien haciéndolo, pero quiero pensar que he venido aquí porque la gente aquí tiene mucho potencial, que bien canalizado o con una buena educación puede hacer mucho, puede cambiar la sociedad etíope incrementando la clase media y haciendo que para la siguiente generación la educación también sea una prioridad… De todas maneras creo que es inevitable que yo me lleve mucho más de aquí y de la gente de aquí que lo que yo pueda aportar, con lo cual siempre se me va a quedar la sensación que lo hago más por mí que por ellos.
Después de la rayada mental del sábado (con comida con el señor obispo de nuevo, que ya somos casi colegas, jeje) el domingo se presentaba interesante, con la visita al lago Langano, el único, o de los pocos lagos, donde te puedes bañar en Etiopía (de hecho hay lanchas, canoas, etc) y que está a menos de una hora de Zway. Es precioso, con un tono rojizo, enorme, con las montañas que delimitan el Rift al otro lado, con muchos pájaros, como siempre. Estuvimos en un resort, que lo tiene todo muy bien cuidado, ya que teníamos enchufe. El dueño conoce a las monjas y les cede una tiendecita en el resort para vender la ropa que se hace en el módulo de moda, y que a su vez sirve para financiar la escuela. Imaginarse la estampa con 11 niños de entre 2 y 3 años, corriendo, llorando, jugando en los columpios, bañándose los que se atrevían… divertidísimo. Éramos 12 adultos, tocábamos a uno cada uno, y aun así a veces se revolvían. Obviamente tras la paliza que nos hemos dado toda la mañana-tarde, la vuelta en coche ha implicado que todos se hayan quedado dormidos.

Da mucha pena que se vayan estos angelitos, que le dan mucha vida a la misión, pero quizá sea mejor para ellos. Lo ideal sería que se pudieran criar en su entorno, con familiares o al menos con una familia etíope, pero es tarea muy difícil. No obstante, hay muchos orfanatos con niños huérfanos pero que no son para adopción. Los crían aquí, con las costumbres locales, y su familia son los cuidadores y el resto de niños, y esto no tiene por qué ser malo. Si es como en la misión, los niños tienen muchas personas que los cuidan y los quieren, aunque no sea el tradicional padre y madre, y estos niños se sienten en su casa. Supongo que dependerá también de quién los adopte, pero es una pena que se desvinculen de sus raíces, eso es cierto, y nunca lo había visto tan claro como lo estoy viendo ahora que vivo aquí.

sábado, 10 de diciembre de 2011

9/12/2011 Más paisajes increíbles, de nuevo gente encantadora, más poblados

Hoy he vuelto a estar de suerte, porque vuelvo a ir de excursión, esta vez vamos a ver diferentes puntos de distribución de agua que se consiguieron hace unos años cuando encontraron un pozo con agua potable y realizaron un macroproyecto para distribuir a diferentes zonas rurales.

Aunque esta vez no me ha sorprendido tanto el tema poblado, y el acoso bienintencionado de la gente deseando verse en la pantalla de la cámara, me ha vuelto a encantar conocer esta gente perdida en zonas remotas del campo etíope, mas concretamente en el valle del Rift, donde está Zway. Al adentrarse en zonas mas salvajes se ven las características del Rift, con grietas inmensas que dejan al descubierto raíces de árboles centenarios, rastros en la tierra del agua que pasa de manera torrencial en la época de lluvia y un lago inmenso salado donde pudimos ver, al final del día, varios grupos de flamencos algo distanciados, y un contraste de colores de hierba, arena, barro, sal, y agua que creaban un paisaje inigualable, no visitado frecuentemente (me siento privilegiado de haber estado allí).

Aunque el objetivo principal de la visita de los poblados donde hemos estado hoy, era la grabación de los pozos y fuentes, se ha aprovechado para tratar un tema de construcción de un puente, ya que en esa zona la gigante grieta supone un riesgo en época de lluvia pues los mantiene incomunicados y cuando alguna vez se ha intentado pasar, se han perdido vidas por la fuerza con la que viene el agua. Como siempre, el problema es el dinero y la gente especializada para diseñarlo, la mano de obra la ponen ellos, pero no es suficiente.

Tanto en los poblados, como en la negociación del puente, me resulta curioso que toda esta gente es la mayoría musulmana. Me parece curioso sobre todo porque no lo eran antes, pero por lo visto desde hace unos años están “inculcándoles” esas ideas (antes eran de una religión tradicional). Los dirigentes musulmanes no los están ayudando especialmente (quizá algo de dinero, no sé) pero son las monjas las que han organizado todo esto del agua (lo que me parece estupendo que vayan a quien lo necesita, independientemente de la religión que sigan), y ellos por supuesto, están muy agradecidos. En cualquier caso el tema religiones está así aquí, y como todo, es respetable, pero no me gusta pensar que de un lado o de otro pueda haber tanta gente manipulada…

El día ha continuado, sentado en la parte de atrás del todoterreno, hecho un higo, pero mas contento que unas castañuelas, y cuando hemos llegado al lago ha sido el remate final. Hemos ido con una chica de la zona, guapísima, que nos han indicado por donde ir para no encallar. Hemos tenido que dejar el coche a 500 metros de la orilla y hemos andado entre dunas de hierba verde y arena fina marrón oscura. Luego un tramo de barro marrón claro que parecía esponja al pisarlo de lo blando que estaba, luego barro seco que crujía como cereales, y luego barro con sal, blanco, que contrastaba con los tonos marrones del barro y del agua. De fondo, los grupos de flamencos, que casi ni se distinguían de lo lejos que estaban, pero que parecían manchas blancas/rosas en el agua. Todos en silencio para no asustar a los flamencos. Poco a poco ha venido más gente del poblado cercano para pasar el rato con nosotros. Qué paisaje tan bonito, qué tranquilidad, excepto el grupo que estábamos, no se veía gente en kilómetros, aunque estarían por ahí.

Enlazado con esto último, es curioso descubrir la gente que puede haber en el campo aunque no te lo esperes. Parece que estás solo allí, de repente paras el coche, y al cabo de 3 o 4 minutos, tienes a tu alrededor al menos 10 personas interesadas en tu visita y en las diferencias que presentas.

Ha sido un día increíble, y aunque siento ganas de no parar de hacer este tipo de cosas, también espero descansar un poquito este fin de semana, veremos que nos deparan los próximos días.

// Anécdota del día: cuando la chica de Bilbao que está de voluntaria ha hecho una foto a un chico más negro que un tizón y enseñarle el resultado, él ha exclamado algo así como ¡si soy muy negro!, jajaja, supongo que no se habrá mirado mucho en un espejo //

8/12/2011 Imborrables sonrisas, excitantes parajes y de cómo terminé instalándole el fax a un obispo

El día de la Inmaculada fue completito. Di mis clases de manera habitual y en cuanto terminé me esperaban para irnos a ver un poblado. Estoy teniendo muchísima suerte, porque como ha venido el cámara y quieren grabar los resultados de algunos de los proyectos que se han finalizado (que son muchos, todo sea dicho de paso) me llevan con ellos. Antes de partir me da tiempo a pasarme por el programa de nutrición, donde niños y madres muy delgados están recibiendo leche o fafa (papilla concentrada con todo los nutrientes necesarios) para los pequeños, y pan y algún otro complemente para las madres después. Algunos de ellos se quedan todo el día, y están como ingresados, hasta que consiguen el peso adecuado y luego es sólo mantener. Ahora sólo hay 35, pero ha habido hasta 80 (sin contar el año del hambre que por lo visto venía un número ingente de personas de distintos pueblos, que se duplicaba casi diariamente). De entre los que estaban había especialmente una niña en muy mal estado, que no sé qué edad tendría pero tenía una altura de 3 años, pero pesaría menos que un recién nacido… da muchísima pena, aunque también ves esperanza con el resto de niños que ya están bastante bien y llegaron también muy mal. Las madres, al ser estos días fiesta por las naciones y las nacionalidades del sur, van vestidas de “gala” y tocan tambores y cantan tras dar de comer a los niños; expresan alegría incluso en situaciones difíciles… admirable.

Saliendo de Zway para el poblado, nos encontramos al jefe del mismo, que venía en bici, para ver si nos había pasado algo, pues íbamos tarde (un poco a propósito, porque aquí hay que decir a las 8 y llegar a las 10 para que estén realmente preparados). Subimos su bici a la parte de arriba del todoterreno y nos lo llevamos también. Por el camino vemos carromatos, niños con burros, vacas y/o cabras, una zona algo mas deprimida donde antes acumulaban el agua para beber (que era autentico barro) pero ahora es un vertedero donde distintos tipos de animales se agolpan para comer sobras, carroña o lo que pillen… A todo esto, el director de la misión (parte educativa) va hablando conmigo preguntándome, medio en broma medio en serio, por qué no llevo corbata y voy mas serio vestido si estoy dando clase a nivel universitario (que aquí son así, se crecen en cuanto tienen el título). Mientras nos reímos todos le explico que lo importante está en el cerebro, y me dice que vale, pero que una buena presentación hace mucho, aunque en el fondo tampoco le da mucha importancia (es cierto que llevaba unos pantalones algo rotos, pero casi nada de lo que he traído aquí es especialmente elegante). Eso sí, él todo el tiempo muy cariñoso, porque aquí los hombres se tocan mucho, y me fue abrazando como un padre, jejeje.

Al llegar a nuestro destino, nos están esperando ansiosos, algunos con sus mejores vestidos, y vamos viendo la instalación de agua, la eléctrica, un molino que utilizan para moler maíz y obtener harina para comer y para vender y sacar beneficios para mantener los gastos del pueblo y la escuela … a estas alturas los niños que no estaban en la escuela ya aparecen curiosos para saber por qué estos blanquitos recién llegados están utilizados unas pequeñas maquinas y toman imágenes, y por supuesto, por qué no están ellos en esas imágenes. Tardan unos 10 segundos en coger confianza y pedir que les hagas fotos porque les hace mucha ilusión verse después en la pantalla (aquí no se estila lo de tener espejo, y para algunos de ellos es la primera vez que se ven a sí mismos).

El tema fotos es una constante, aunque quise ser discreto para no molestar, era solicitado como fotógrafo cada 2 segundos. Todo esto entre niños, vacas, burros, cabras, ovejas, perros, adultos, carromatos, garrafas para llenarlas de agua… todo un caos la mar de divertido.

Hemos ido a ver el campo y la cosecha de maíz, y luego la escuela, un edificio de una planta con cuatro aulas, en las que hay hasta 70 niños en la misma estancia. Todos están entusiasmados para demostrar que estudian, pero no pueden evitar esas miradas curiosas pues saben que las cámaras les adoran, y es cierto, es increíble los ojos y las sonrisas que tienen prácticamente todos, son guapísimos. Tras pasar por todas las aulas y revolucionarlos un poquillo, hacen una simulación de salir de clase tocando la campana y todo, muy ordenaditos se ponen en fila, y luego vuelven a entrar (han sido actores por un día).

Finalmente vamos a ver la zona de viviendas porque nos han dicho que podremos entrar a ver una casa por dentro, y así fue, un solo espacio, bastante pequeño, donde duermen, cocinan, usan de despensa,… te das cuenta de la cantidad de cosas que son prescindibles y que antes creía que eran necesarias, aunque seguramente para ellos es más fácil de prescindir pues es lo normal. Ver a algunos niños totalmente desnudos, otros con poca ropa y rota… te hace pensar lo afortunado que he sido por vivir donde he vivido, por la sociedad en la que me he criado… aunque inmediatamente después te das cuenta que aquí hay mas niños felices que en la sociedad en la que vivimos. Ellos, aunque a veces tienen que trabajar y vivir en condiciones extremas, siguen siendo niños, siguen jugando, riendo, viviendo con la naturaleza, son realmente felices. Fui con la idea de que no tenían mucho, y estando allí te transmiten tanta vitalidad y alegría que no puedes parar de sonreír.

Tras el poblado volvemos a la misión, y ya me avisan que nos vamos a Meki (otra ciudad cercana) por la tarde. Vamos a visitar un orfanato que hay allí que tienen también relación, y yo soy incluido en el viaje porque tengo una misión especial: revisarle la instalación del fax al obispo de la zona porque no les funciona. El obispo resultó ser muy majete y dispuesto, estuvo ahí conmigo con los cables para arriba y para abajo como un currito más, y al final resulto que la línea estaba mal, pero pudimos comprobar que el fax funcionaba bien (al menos). Después de mi momento técnico, al orfanato donde los niños cariñosísimos te abrazan y te besan según llegas y te piden que les aúpes (¡qué recibimiento tan excepcional!). Me enseñan las diferentes partes y vemos más niños, mas peques, en la sala de psicomotricidad jugando con pelotas. Allí conozco entre otros a Hana y a Dani, cuya historia es especialmente intensa pues estuvieron a punto de morir pero tanto Nieves como la encargada del orfanato lucharon contra todo para poder llevarlos a España para ser operados, incluso cuando no les daban casi esperanzas. Los niños con mucha fuerza son unos terremotos. Tras conocer la historia destaco la labor que han hecho… Nieves lo llama milagros y providencia, yo lo llamo esfuerzo, perseverancia, lucha… quizá yo tenga más fe en las personas que en la religión, pero lo importante es que los niños están ahí.

No siendo suficiente el día, cuando llego estoy a tiempo de dar otra clase (porque el otro profesor de nuevo falla… no comments). Agotado pero contento hago lo que puedo. Me he ganado la cena y el dormir tranquilito. Por cierto, confirmamos que lo que me picaba eran pulgas, pero espero que estuvieran en los calcetines que ya he lavado a conciencia.