Largo
tiempo, no muy motivado por escribir, pero como había guardado en la recámara
la Semana Santa contaré un poco cómo se desarrollo esta gran fiesta para los
cristianos.
Como
es de suponer, gran fiesta religiosa en Etiopía supone un acontecimiento
importante. Yo me salté unas cuantas misas y ceremonias pero procuré ir a los
eventos más relevantes como el domingo de ramos, el Vía Crucis y la misa de
resurrección (esta vez me quedé con los católicos).
El
domingo de ramos fue sencillo. Nos reunimos todos fuera de la Iglesia, nos
repartieron hojas de palmera y todos entramos a la iglesia. Después de eso
supongo que la misa seguiría la estructura del domingo de ramos, pero como no
entiendo nada y tras 30 minutos mi cerebro desconecta un poco, nada destacable.
El
Vía Crucis sí fue más interesante. Bien de mañana quedamos todos en la puerta
de la iglesia, a las 6.30 de la mañana (que se convirtieron en las 7.30 para la
hora de salir… esto es así, las cosas van a su ritmo). El cura etíope, vestido
de calle (chanclas, chándal y una sudadera tipo universidad americana pero que
decía “University of Jerusalem”) dijo unas palabras y supongo que se fue a sus
cositas porque no se le volvió a ver… quizá una marcha a la montaña no era su
idea de pasar ese día. Después de eso comenzamos la caminata, que no puedo
asegurar cuánta distancia fue porque nos parábamos de vez en cuando (aunque más
de 6 Km seguro), se narraba una lectura de la Biblia y continuábamos, algo más
rápido que una procesión española, pero no muy deprisa (con lo cual llegamos a
la montaña 3 horas más tarde). Una vez llegamos a la falda de la montaña se
representaron los pasos de Cristo hacia la cruz. La verdad es que fue emotivo,
y ver cómo lo viven es muy interesante. La persona que hacía de Jesús incluso
llevaba una corona de espinas de verdad, y no creo que fuera agradable… Cuando
llegamos a la cima de la montaña se representó la crucifixión (con cuerdas, no
con clavos, obviamente). Después de eso volvimos sin demorarnos demasiado pues
los niños (y no tan niños) de la zona comenzaron a estar interesados especialmente por los
faranjis y sus dispositivos electrónicos fácilmente vendibles, es decir, que
nos querían robar las cámaras de fotos. Como ya pasó algo similar el año
pasado, Nieves había tomado medidas al respecto:
-
Volver
todos juntos en grupo, en vez de desperdigados. La unión hace la fuerza… pero
la desorganización no hace la unión, así que no fuimos “un grupo” como tal;
- Dio
a uno de los gamberretes de la ciudad (que no es mala gente pero siempre está
en algún lío y utiliza el mismo lenguaje que los que nos iban a intentar robar…
de hecho salió de la cárcel hace nada) que nos acompañara. La verdad que fue un
acierto, pues efectivamente, hubo un intento de altercado, varios adolescentes
quisieron acceder al grupo y concretamente
a los menos oscuritos. Fue gracioso ver como todos los chavales que venían con
nosotros querían protegernos, se ponían delante de ellos para que no pasaran.
El expresidiario fue algo rudo y les amenazaba, y de hecho cuando uno de ellos
vino con un palo (prefiero no saber con qué intención) directamente se lo quitó
de las malos y lo rompió delante de él. Las medidas no fueron muy “cristianas”
pero funcionó, y el problema no pasó a otro nivel. Como dato adicional, aquí ir
a la cárcel está a la orden del día, no hay que hacer algo muy grave, de hecho
la última del gamberrete es que había salido en una foto en una manifestación
contra el gobierno y habían dicho que era uno de los organizadores.
Aunque
cuando volvíamos a Zway hizo mucho calor (pues estos meses son los más calurosos),
la ida se hizo llevadera pues hizo fresco, e incluso llovió un poquito a ratos,
aunque no fue igual de agradable para todos, pues quizá yo tenga una capa aislante
algo mayor (algunos niños se te ponían cerca para que los abrazaras un poco
porque estaban tiritando de frío). Muchos niños participaron en la marcha, algunos
de ellos musulmanes, pero el motivo era que a la vuelta repartían pan, y creo
que hubieran participado en cualquier tipo de ceremonia con tal de comer algo.
Concretamente,
tres de los niños que vinieron con nosotros y que fueron parte del tiempo de mi
mano son hermanos (Abubeker, Abduraman, gemelos, y Umar, el mayor) que tienen
una historia muy dura vivida para su corta edad, especialmente uno de los
gemelos:
Abubeker, de 9
años (aunque aparenta 6) llegó a la misión con sus tres hermanos mayores y su
hermanito gemelo en 2003 (denominado “el año del hambre” para algunos) y estuvo debatiéndose entre la vida y la muerte
por casi un año. Mientras que su hermano gemelo estaba medianamente bien, a
Abubeker le tocó sufrir desde sus primeros años de vida. Puedo asegurar que
viendo a los dos no puedes decir que son gemelos, pues Abubeker quizá se acerca
más a la típica y triste imagen que tenemos de un niño etíope, extremadamente
delgado y un tanto desproporcionado para tener nueve años (cabeza y mandíbula
mayor que el tamaño que dice el resto de su cuerpo), y el cabello un poco
rubio, síntoma probablemente de anemia.
Después de
aquel año la familia se quedó a vivir en Zway porque en el poblado no tenían
nada y los niños ya habían entrado en la escuela. Ellos han seguido yendo al
colegio y la madre ha trabajado haciendo cestos en la misión, donde recibía
algo de dinero por ello y les permitía vivir.
Hace cuatro
meses las cosas han vuelto a empeorar, cuando la madre se tuvo que ausentar (no
sé muy bien por qué) y el padre decidió que volvían todos al poblado y, una vez
allí, puso a los niños a trabajar: los dos pequeños cuidando el ganado en una
granja, el mayor espantando pájaros en un huerta vecina y otra hermana
sembrando. Hace un mes y medio, las señoras que hacen cestas y que son amigas
de la madre le dijeron a Nieves que estos tres niños llevaban tres meses
viviendo en la calle… que se habían escapado de casa porque no querían trabajar
y que vivían en las alcantarillas de Zway (alcantarilla son los canales que hay
a un lado y otro de la carretera). Cuando Nieves se enteró mandó a un amigo de
ellos a buscarlos y, por la tarde, ya estaban en la misión, eso sí, en condiciones
un tanto decadentes (muy sucios, delgadísimos, con la ropa rota) y con mucha
hambre, a juzgar por cómo devoraron el pan que les dio Nieves al llegar.
Tras mucho
vacilar sobre qué hacer, Nieves los envió con su hermana mayor, que ya tiene 18
años (aunque aparenta 13), al ministerio de la mujer (que aquí en Etiopia es
también el que se hace cargo de los niños). Allí mandaron buscar al padre, y tras
tres días que los niños pasaron en la misión (y durmiendo en casa de una señora
que se hizo cargo de ellos), la niña llegó por la tarde diciendo: “Sister
Nieves, os esperan en el Ministerio de la Mujer porque yo he dicho que las
Salesian Sisters se hacen cargo de nosotros”. Fueron, y allí estaba el padre de
los niños, el jefe del poblado y Radia (la hermana) con sus tres hermanos.
La conclusión a la que se ha llegado
ha sido: Asuntos de la Mujer se encarga de la tutoría legal, Radia, como es mayor
de edad, de sus hermanos, y las hermanas del resto (casa, comida, vestido,
escuela, material escolar…). Una señora de confianza ha aceptado tenerlos en su
casa, así que los niños se pusieron más contentos que unas castañuelas sabiendo
que por fin alguien se hace cargo de ellos, y que podían volver la escuela (no
tengo muy claro si por ver a sus amigos o estudiar, pero están contentos) …
Estos niños, los dos pequeños, venían
al Vía Crucis descalzos, porque no querían estropear los zapatos que les habían
dado (lo usan junto con el uniforme para clase, y el resto del tiempo con su
ropa de batalla, jeje).
La parte triste es que esta historia
tan dramática no es un hecho aislado, y tampoco todas las historias tienen
final más o menos feliz. Sin ir más lejos otro de los niños, muy tranquilo,
resultaba ser el sobrino del gamberrete. Su padre lo había abandonado de
pequeño, y su madre no sé muy bien por qué tampoco le tenía demasiado aprecio,
así que lo cuidaban su abuela, sus tíos, etc. Por lo visto un hombre, que su
madre decía que era su padre, pero que no lo era, vino un día para llevárselo,
probablemente para ponerlo a trabajar y sacar dinero, y entonces el gamberrete
apareció con un cuchillo y dijo que no se lo llevaban… vamos, cada historia es
un culebrón, pero luego que el tío va a la cárcel… no me extraña, con estas
situaciones tan al límite.
Parte de esta historias las he tomado de las noticias que manda Nieves a los amigos y colaboradores de la misión, y parte de lo que me cuenta, pero creo que es bueno que se conozcan estas cosas, pues no es hambre todo el problema, ni comida la solución, y las hermanas realmente hacen un gran esfuerzo cada día y su dedicación a largo plazo es increíble.
Respecto al Via Crucis adjunto documentos multimedia, para quien le pueda interesar...
- Cánticos de la procesión:
Grabación Via Crucis 1
Grabación Via Crucis 2
Grabación Via Crucis 3
Grabación Via Crucis 4
Grabación Via Crucis 5
Grabación Via Crucis 6
Grabación Via Crucis 7
Grabación Via Crucis 8
- Algunas imágenes:
Imágenes del Via Crucis
Parte de esta historias las he tomado de las noticias que manda Nieves a los amigos y colaboradores de la misión, y parte de lo que me cuenta, pero creo que es bueno que se conozcan estas cosas, pues no es hambre todo el problema, ni comida la solución, y las hermanas realmente hacen un gran esfuerzo cada día y su dedicación a largo plazo es increíble.
Respecto al Via Crucis adjunto documentos multimedia, para quien le pueda interesar...
- Cánticos de la procesión:
Grabación Via Crucis 1
Grabación Via Crucis 2
Grabación Via Crucis 3
Grabación Via Crucis 4
Grabación Via Crucis 5
Grabación Via Crucis 6
Grabación Via Crucis 7
Grabación Via Crucis 8
- Algunas imágenes:
Imágenes del Via Crucis
Tras la marcha del Vía Crucis, salto
directamente a la misa de resurrección, que fue bonita al principio, pues fue a
las 10 de la noche, todo a oscuras, e hicieron una hoguera enorme, y de ahí
encendieron el cirio pascual. Después nos dieron las velas como las que vi en
Gabriel en la fiesta ortodoxa (cuerda con cera) y todos las encendimos, pasando
el fuego de unos a otros, y entramos en la iglesia. La verdad es que se creó un
ambiente muy “espiritual” con la iglesia a oscuras sólo iluminado por las
velas… después de eso y ver las diferentes formas cómo la gente intenta
aguantar esas velas hasta el último momento sin quemarse, el resto de la misa
fue… eminentemente larga. Tropecientas lecturas que se hicieron más largas pues
sigo sin entender nada (sólo las palabras Dios y Jesucristo, que se repiten
mucho) y porque a esas horas estaba que me caía de sueño (y objetivamente duró
tres horas). Al final cuando yo me iba, casi sin ver, a la cama, todo el mundo
estaba en su momento pletórico y activo, con el esplendor de Jesucristo
resucitado, y cuando me quise dar cuenta estaba en casa de las hermanas que
habían preparado una fiestecilla para celebrar, con dulces y bizcochos, en los
que estábamos las hermanas, las chicas que vienen a probar si quieren ser monjas,
y los voluntarios. Esto, unido a la comida del día siguiente, y la alegría de
toda la gente que mandaba mensajes felicitando por el renacimiento de Cristo (…
a las 4.30 de la mañana, que según ellos es cuando pone en la Biblia que
ocurrió) me demostró dos cosas:
-
que
ésta es la fiesta más grande para ellos;
- si
realmente pone en la Biblia a la hora a la que resucitó Cristo, realmente es un
gran trabajo de documentación.
Como esta vez me quedé con los
católicos no tengo experiencia con los ortodoxos, pero me consta que van a la
iglesia hasta altas horas de la noche y hacen muchas reverencias, que a veces
hasta tienen agujetas después. En zonas donde la religión ortodoxa es más
estricta hacen tantas que a veces tienen que empezar unos días antes para ir
acostumbrando el cuerpo. Hay que decir que esto además se realiza al final de unos
50 días de ayuno, así que supongo que supondrá doble esfuerzo. En palabras de
los ortodoxos que conozco están deseando que llegue ese día pues se sienten muy
alegres por hacerlo, alegres por terminar porque supone la celebración de la
resurrección, y porque al finalizar terminan el ayuno y generalmente comen con su
familia copiosamente… de hecho ese domingo una amiga ortodoxa me invitó a su
casa y parte de la familia vino a visitarlos y por supuesto, siempre que
alguien es invitado se le ofrece comida: injera con los diferentes guisos y en
concreto con Doro wat, que como ya dije es pollo con una salsa picante y es la comida
de fiesta (como nota al respecto, el pollo que normalmente es caro puede multiplicar
su precio unas seis veces… como si compras marisco en Navidades en España, pero
en proporción más caro).
Tras la euforia religiosa varios días
de calma y rutina han llegado en los que confirmo que oficialmente soy una
oveja descarriada:
-
Uno
de los profesores del College me preguntó que si había leído la Biblia… y
cuando le dije que algo pero que no me acordaba mucho me dijo que debería
leerla mañana, tarde y noche (cada seis horas) para alimentar el alma, no sólo
el cuerpo. Quizá no fui muy sutil, pues nunca ha sido mi fuerte, pero le dije
que es cierto que querría leer muchos libros y que no saco tiempo, pero que la
Biblia no era una de mis prioridades. Como lo digo con una sonrisa de oreja a
oreja y creo que ya tienen asumido que soy un hereje la verdad es que no les sorprende y
hasta ellos se rien;
- Ya
hace tiempo que deje de ir a misa (de nuevo) de manera regular, y he dejado de
santiguarme en las comidas porque ya me parecía un tanto excesivo considerando
que para mí ya no tiene significado. Ante este hecho insólito ya he recibido
preguntas de si soy católico (por parte de monjas que no son de esta misión y
que son curiosas a rabiar, por lo visto), a lo que muy amablemente he explicado
que no soy practicante.
En Zway ya lo tienen asumido, y la
verdad es que no me presionan nunca para hacer nada, pero ha de ser así… yo no
he venido aquí por las hermanas, ni por la Iglesia, he venido porque creo que estos
chicos pueden hacer mucho y pueden cambiar sus vidas, la de su familia y la
sociedad en la que viven en general. He venido por ellos y sigo porque estoy
convencido de que este proyecto de educación puede funcionar.