jueves, 26 de enero de 2012

20/12/2012 Primer corte de pelo etíope, fiesta con alumnos, la boda del año y la “Epi”

Esta semana vino cargada de fiestas varias, pues algunos de mis alumnos me invitaron a una fiestecilla que habían preparado para celebrar Navidad (creo que es buena señal, no me odian demasiado incluso con los suspensos), fui a la boda del año en Zway y celebré al más estilo ortodoxo la Epifanía, a la cual denomino la “Epi” ;P

Antes de esto, y no por las fiestas sino porque ya me tocaba, me aventuré a ir a la peluquería como un etíope más. Afortunadamente para mí, mi corte habitual de pelo no difiere demasiado del suyo, lo cual facilitó las cosas. Para una mujer sería algo más complejo, a no ser que quiera que le hagan “churrubas” (no se escribe así pero se pronuncia parecido), que son las trencitas pegadas a la cabeza que tanto se estilan aquí.

// Curiosidad: para mantener las trencitas las mujeres, si no tienen economía para comprarse productos, usan aceite, vaselina o atención... mantequilla, directamente de la leche, y alguna vez se puede notar un olorcillo extraño en las cabezas de algunas, amén de algún trocillo blanco //

Para no desarrollar mucho el tema, sólo diré que fui aconsejado ir a una peluquería donde todo está bastante limpio, tiene una máquina para esterilizar el cortapelos (primera vez que lo veo aunque me parece práctico teniendo en cuenta que aquí no lavaban la cabeza en la peluquería), antes de cortarte el pelo le echan colonia tambien para limpiar los cabezales, me cortaron perfectamente el pelo, me arreglaron la barba y si se lo pido yo creo que me hacen hasta las ingles con el cortapelos también, y al finalizar me echaron after-shave, colonia, y yo que sé que más. Salí como un pincel, un pincel blanco, pero pincel al fin y al cabo.

La fiesta con los alumnos fue muy divertida, aunque empezamos un tanto regulero, pues se suponía que me venían a buscar y al final fui solo hasta el lugar en cuestión. La confusión la tuvo el vigiltante de la misión, que o bien no nos diferencia a los dos voluntarios (y mira que David es rubio y yo moreno y con barba), o bien no se acuerda quién entra y quién sale, porque le dijo al alumno que me vino a buscar que ya me había ido.

La fiesta era en el lago, en una especie de pequeño resort, que o aún no lo han terminado, o han decidido dejarlo a medias, y que por 2 birrs puedes entrar y montarte una minifiestecilla en una de las habitaciones a medio hacer... es algo así como ser un okupa temporal. La verdad es que la idea está muy bien, porque los chavales se lo pueden permitir al menos una vez al mes y no están en el parque haciendo botellón, aunque aquí son muy sanotes y la verdad es que lo único que tenían de alcohol era una botella de vino, que por cierto, atención, atención, también lo mezclan con Coca Cola para hacer kalimotxo, aunque aquí se llama de otra manera que no me acuerdo ahora.

La fiesta consistió en ceremonia del café, más una tarta que habían comprado y me dejaron el honor de cortarla, pan del mismo tipo que comí en Navidad, yo aporté un poco de turrón, y todo aderezado con risas, bailes, escuchar música moderna (etíope, pero moderna)... fiesta tranquila pero divertida, en la que me enseñaron algunos pasos y donde se alegraron de ver al profe bailando. Yo también me alegré de ver a algunos de ellos en otro contexto pues en clase están muy serios. La verdad es que son un grupo muy simpático y muy sanote. También me gustó ver cómo los chicos del grupo ayudaban en la mayoría de las tareas, recoger como las chicas, ellas decidían como ellos... bastante igualdad (bueno, servir el café no, que por lo visto eso es algo tradicional de ellas y ahí mantuvieron los roles). Espero que la nueva generación vaya estableciendo estas buenas costumbres y que esto lo hagan siempre y no sólo cuando estoy yo (que también ha podido ser el caso).

Al final de la fiesta nos fuimos al lago a hacer unas fotos y para casita prontito, antes de que anochezca, pues algunos viven tan lejos como 6 Km de distancia y tienen que ir andando pues no tienen dinero para comprarse una bici.

Otro acontecimiento que surgió un poco de repente fue la boda de una de las profesoras de diseño de moda, que por lo visto se casaba con uno de los peces gordos de la ciudad. Yo oficialmente no estaba invitado pero todos los profesores de mi departamento iban y colaboraban con la boda aportando una pequeña cantidad. Yo no quise comprometer a la chica, pero por extensión David puso mi parte y fui extraoficialmente invitado. En principio pensé que sería un tanto incómodo pues no soy familia ni amigo directo, hasta que me di cuenta que a la boda iban más de mil personas, y terminé siendo un punto blanco en fondo negro.

Bueno, bueno, que fiestón. Para empezar nunca se había visto la ciudad tan colapsada como la ristra de vehículos que iban en dirección a la ceremonia (que se hacía en el club de los invernaderos holandeses Sher Ethiopia). Si anteriormente comenté que en ocasiones se adelanta mientras viene otro coche/camión/bus de frente (3 vehículos en carretera de 2 carriles), eso fue claramente superado por las 3 líneas de vehículos que circulaban en paralelo en la misma dirección, más los que venían de frente que pasaban como podían (4 líneas de vehículos en dos carriles…la carretera es anchita, pero en este caso el arcén y parte de la cuneta eran extensión de la carretera). A esto añadimos el interesante concepto de transportarnos hacia la boda en “bayach” (tuk-tuk) 5 personas más el conductor, y atravesamos caminos de tierra, que implicaban viajar dentro de una nube de polvo que aparte de demostrar que se puede conducir perfectamente sin ver ni torta, también transformó mi camisa blanca en marroncilla… menudo espectáculo.

La fiesta empezó 1 hora y media tarde (que aquí es lo normal) y fue una serie de canciones y bailes ortodoxos, mezclado con diferentes discursos de personajes religiosos o simplemente familia pero que también lanzaban mensajes religiosos, y comida etíope en plan masivo que consistió en injera con diferentes guisos y/o salsas y/o mezclas de quesos y especias y/o panes y… y aquí viene lo bueno… carne cruda con salsa muy especiada (mostaza y otra cosa picante), supongo que para matar todo bicho que haya en la carne. La carne te la cortaban en el momento, de la vaca ahí casi entera colgada como en el matadero, directa a tu plato, más fresco no se puede. Probé un poco y la cosa es que estaba bueno, aunque preferí no excederme por si acaso (finalmente no tuve problemas técnicos debido a la carne). Después de más de tres horas de ambiente ortodoxo finalizó esta primera parte y fuimos al lago Langano para rematar la faena (de nuevo con procesión de coches, esta vez sólo una o dos líneas en paralelo, pero durante 20 Km). Allí nos relajamos un poco y finalmente hicieron otro mini-evento con 5 tartas formando pirámide y una especie de pequeño escenario también con escaleras, de manera que los novios se ponían arriba para cortar la tarta de la cúspide, y las 4 damas de honor en el lado de la novia, y los 4 padrinos en el lado del novio en las escaleras. Ahí hacían sus cositas con bengalas, con copas de vino espumoso (el novio repartía su bebida entre los padrinos, y la novia lo mismo con las damas de honor) y cortaban la tarta y los novios daban de comer a los padrinos y damas de honor (como ya he dicho lo de dar de comer es un gesto de amistad y cariño). Al final música, confeti y lo que quedó de la tarta para los invitados.

He de destacar, que aunque había algunos vestidos tradicionales, aquí son muy “fashion” y no veáis los modelitos que se veían por aquí. También es cierto que esto era una boda de alto standing y no creo que sea lo habitual. Lo que está claro es que aquí, como en todos los sitios, cuando alguien tiene pasta y se la gasta, se nota.

Lo último destacable de la semanita fue “La Epi”, la Epifania como diría mi padre (sin tilde, jeje). Otro fiestón que me añadió un día al fin de semana, pues caía en viernes J, y que me demostró una vez el fervor religioso y dedicación de la gente a este tipo de actos. Decidí integrarme todo lo que pudiera (incluso no siendo ortodoxo) y tragarme desde el jueves la víspera, que es una de las partes importantes. Esta vez fui con uno de los profesores de por la mañana, que también es mi alumno en las clases de la noche, pues se ofreció a acompañarme y guiarme en esta fiesta (y de vez en cuando traducirme alguna cosilla).

El programa fue tal que así: Primero a la iglesia ortodoxa, a rezar mientras diferentes grupos de jóvenes de esa “parroquia” (no sé si se utiliza este término aquí) recitaban entonando diversas oraciones al estilo ortodoxo (en plan canción), daban palmas, etc etc (lo que vienen siendo rezos ortodoxos). Los chavales vestidos como en plan Semana Santa con trajes de diferentes colores dependiendo de su edad y tiempo en la parroquia se situaban en dos filas y algunos de ellos sujetaban una bandera larguísima de Etiopía, que serviría posteriormente para “proteger/apartar” un poco de la multitud a los representantes religiosos, que iban con sus sombrillas de colores y flecos. Después comenzó la procesión, precedida de los que esparcían en el suelo un tipo de hierba (que también emplean para la ceremonia del café) bendecida, creando una especie de camino sagrado. A mitad de camino nos juntábamos con otras procesiones que venían de otras iglesias, para terminar todos en la iglesia ortodoxa principal, que aquí es la que está junto al lago.

Esta procesión tiene un sentido, y es juntar y llevar los diferentes “tabots”, que es una copia de las tablas de los 10 mandamientos (las de Moisés) y cada iglesia tiene al menos una, hacia el punto final para que todo el mundo rece. Toda la noche se quedan algunos para seguir orando (y acampar allí) y esperar el final de la fiesta que se hace al día siguiente, con otra procesión, para traer de vuelta a cada iglesia los “tabots”. En la vuelta, se vuelve a dejar el “tabot” en la iglesia y se reza otra hora (esta última me la salté pues el viernes iba con dos chicas y me iba a tener que sentar separado de ellas y no me iba a enterar de nada, aparte del hecho de que era la hora de comer y mi fe tiende a cero, sobre todo si tengo hambre al mismo tiempo).

Como dato adicional, es bueno decir que el tema de los “tabots” viene de atrás, porque ellos dicen que las tablas originales de Moisés se conservaban desde hace tropecientos años en Axum (al norte del país). Con la invasión musulmana luego se trajeron a una de las islas del lago Zway, para posteriormente, cuando se calmó la situación en tierra firme, llevarlo de nuevo a Axum. En resumen, que los “tabots” son algo muy importante y “La Epi” se celebra en toda Etiopía con procesiones multitudinarias. Esta fiesta también hace honor al bautismo, y por tradición la gente durante esta fiesta se mete en el lago para reafirmar las promesas del bautismo, y también se aprovecha el día para realizar bautismos a los niños (los que han nacido por estas fechas supongo, no van a estar aguantando todo el año para este día). Los que se meten en el lago creo que no están familiarizados con el concepto de esquistosomiasis (que es la razón por la que sólo el lago Langano es apto para el baño)... o quizá algunos sí lo están y por eso no lo hace todo el mundo.

Haciendo un balance temporal de la fiestecilla, el jueves en la víspera nos tiramos unas 5 horas de pie, más otras 2 el viernes, así que terminé un tanto agotado e intenté descansar la tarde del viernes, sobre todo teniendo en cuenta que al día siguiente teníamos la visita de la embajadora de Canadá, que venía dispuesta a hacer excursiones, andar y descubrir diferentes partes de la zona en el mismo fin de semana…

viernes, 13 de enero de 2012

12/01/2012 Navidades etíopes y alguna que otra reflexión

Hago lo que puedo pero me es imposible escribir más de una vez por semana, de un lado para otro, pero la de esta semana es interesante porque al final… tuve Navidades etíopes!!! La víspera de Navidad estuve comiendo con otros profesores en un restaurante totalmente decorado como si fuera una casa de poblado, precioso, con sillas de madera y piel de animal, herramientas y artilugios que se usan en los poblados, etc Muy auténtico y sobre todo buena compañía y encima me invitaron… me resulta complicado que me dejen pagar.

El día de Navidad, también fui invitado por unas amigas de aquí a sus respectivas casas, porque aquí hay lo tradicional es:

- Por un lado, la gente está con sus familias, con lo cual es un círculo un tanto cerrado en el que ya contaba con que no iba a estar con tan poco tiempo aquí, peeeeeeeeero…

- También es tradición ir de casa en casa de otras familias y, atención no perdérselo, comer en todas. En todas te ponen injera con diferentes tipos de guiso de carne y ahí todos en manada a comer cosa rica (y generalmente picante) con las manicas, y luego café, una ceremonia del café en cada casa, con un pan especial que hacen que aparte de ser más denso de lo normal, tiene un sabor tirando a bizcocho pero sin ser dulce… ¡¡¡y me lo quería perder!!! Esto además con bebidas varias, principalmente tela y quinito (seguro que no se escriben así pero para hacerse una idea es suficiente). Ambas se hacen con la cáscara del trigo (eso me han dicho), como la cerveza, pero la tela es fermentada, con lo cual tiene un poquito de alcohol pero no mucho y tiene un regustillo amargo, viene siendo una especie de cerveza casera baja en alcohol (a mi no me gusta la cerveza y por ello no me gustó mucho); y el quinito es más como un zumo (yo creo que también le echan algo de miel o azúcar, y limón) y para mí está mas rico, y es apto para todos los públicos.

La cuestión es que primero fuimos a casa de una chica donde nos reunimos 9 personas, más el hermano de la chica, y yo, ignorando que nos quedaban dos casas por visitar, comí normal. Cuando me dijeron que íbamos a comer “como si no hubiese un mañana” ya era tarde. Luego a casa de una amiga de otra de las chicas (que no conocía pero me invitó muy alegremente) y luego a casa de otra, que toda su familia es musulmana menos ella, y por tanto, sólo ella celebraba la Navidad. En esta última, resulta que su hermana es alumna mía y de otro de los voluntarios que venía… pero la verdad es que encantadora nos preparó el café y nos sirvió la comida. En España igual no te hace mucha gracia que venga tu profesor a tu casa, aquí según ellos está bien y ella nos sirvió muy relajada, pero bueno, la alumna me va a decir nada, claro, jejeje.

Como era casa musulmana, comimos en el suelo, sobre unas alfombras y por supuesto descalzos (algunos incluso de lavaron los pies porque iban sin calcetines) y también genial. El día fue “vivir en un pienso”, todo el día comiendo, pero como en cada casa el proceso es tranquilo, al final no se me llego a salir el ombligo para fuera. En comparación, es menos exagerado que cualquier banquete de los que hacemos en España, y bastante más relajado; que en ocasiones, aprovechamos las comidas de Navidad para discutir más que para estar juntos y disfrutar unos de otros.

De este día saqué varias conclusiones:

- Aquí la Navidad tiene un poco más que ver con el verdadero origen de la Navidad, pues la religión siempre está presente;

- Cuando hablan en amhárico sigo sin entender nada, por tanto, no fui lo que se dice muy interactivo, aunque disfruté mucho;

- Se da mucha importancia a la familia, y a la amistad entre familias. En ocasiones invitan a los vecinos a comer;

- Si eres ortodoxo, y te pasas unos cuarenta días haciendo ayuno, y llega el día de Navidad y te pones como el tenazas comiendo… te puedes poner malito (les pasa a varias personas tooooooodos los años, y es que es normal);

- Fui tremendamente ingenuo cuando saqué la conclusión de que aquí las casas no son tan “rústicas” como me esperaba, y me explico…

… la única vez que había entrado en una casa, fui a una donde la parte principal era de hormigón y más o menos decorada, con suelo de baldosa, etc etc… pues eso no es lo normal. Incluso en aquella casa, al entrar hay un patio, como un corral, y hay estancias que son 4 paredes de adobe, y en algunas, como exceso, este tipo de suelo plastificado que compras en los “Todo a 100”. Pues yo pensé en su día que esas estancias es donde guardaban cosas de la cocina, o cocinaban o guardaban las bicicletas,… que es verdad, pero también son habitaciones. Y aquella parte de hormigón, no es lo normal en las casas de la mayoría de la gente.

En las casas que estuve esta vez, todo es mucho más modesto. En casi todas hay una “casa principal” donde vive el dueño, y luego estas estancias exteriores que se alquilan a personas individuales o a familias. El día de Navidad vi que las casas, incluso las principales, son la mayoría de adobe, con paredes que se medio caen; con ciertas estancias hechas incluso sólo de palos; con una zona un poco mas grande (9m cuadrados, no creo que más) compuesta de un “salón-comedor” y otra habitación que es donde duermen, guardan los cacharros y preparan algunas cosas de la comida; donde prácticamente no hay luz; donde la decoración son dos papeles pegados con algo que han dibujado ellos o un papel que pone “Congratulations” por la graduación de alguno de los hijos; donde el techo, de saco, permite ver ciertos agujeros en el tejado por donde caerá el agua en la época de lluvia; donde los animales deambulan por el corral y de repente te encuentras las gallinas en el salón junto a los marcos de fotos de los familiares… donde la gente te abre sus puertas de latón con una sonrisa; te abraza; te ofrece su comida; te presenta a su familia; juegas con los niños de la casa; donde te sirven y no te dejan moverte porque eres el invitado y quieren agradarte; donde hacen bromas que aunque no entiendas el idioma te hacen gracia; donde estás completamente relajado aunque estés en el duro suelo; y donde te sientes en familia aunque estés a cientos y cientos de kilómetros de la tuya, acompañado con personas que conoces de menos de dos meses. Definiría la casa etíope como modesta, pero acogedora y familiar.

La verdad es que las Navidades han sido muy diferentes esta vez, pero han sido muy interesantes. Eso sí, para una vez que soy profesor, las vacaciones han sido muy cortas, sólo de viernes y lunes, es decir, cuatro días y el último día me lo pasé trabajando L.

Como regalo de Reyes a mí mismo, fui la víspera de Navidad con uno de los profesores a una tienda (también de 2mx2m, no os creáis que era Zara) para ver unos vaqueros, y no tenía dinero porque sólo iba a mirar. Cuál fue mi estupor cuando, aparte de no haber probadores, me dicen que me lleve lo que quiera, me lo pruebe tranquilamente en casa y si me gusta ya vengo y se lo pago la semana que viene. Para un chico de ciudad, para el que “no te fíes de los desconocidos” es una regla de oro, y el irse sin pagar es “hacer un sinpa” y quiere decir que no vas a volver, pues me resultó cuanto menos curioso. Al final es lo que hice (sinpa, pero para volver a pagar), y encima el profesor que venía conmigo, como es del módulo de diseño de moda, me subió el bajo a precio de amigo, o sea, gratis… si es que te lo ponen todo tan fácil !!

El contrapunto reflexivo de esta semana lo puso una conversación sobre religión que se tuvo durante una comida y desencadenó ciertos pensamientos:

Resulta que todas las religiones tienden a la evangelización de los pueblos, y todas desean más gente que se sume al número de creyentes/seguidores, pero no todas lo hacen de la misma manera, hasta ahí nada nuevo, ¿o sí?:

- Lo puedes hacer expresando tus ideas y quien te quiera seguir adelante y el que no nada;

- lo puedes hacer convenciendo de que tus ideas son las mejoras e insistiendo de vez en cuando para poco a poco atraer a la gente;

- lo puedes hacer ayudando a gente que lo necesita a tener ciertos recursos e intentar que sean independientes, y si ven que eso es bueno y quieren pertenecer a eso, se unirán a la religión de los que le ayudan;

- lo puedes hacer con refuerzos positivos como ofreciendo diversión y alimento para que la gente sienta que ese entorno es bueno;

- lo puedes hacer con refuerzos positivos como el dinero, dándoselo a gente que es pobre y creando en ellos cierta dependencia con esa religión que es quien suministra los ingresos;

- lo puedes hacer lavando el cerebro a la gente hasta el punto de que cualquier otra religión es falsa.

- Etc, etc

Algunas de estas situaciones las veo aquí, sin saber muy bien hasta qué punto se hacen para tener más seguidores, o hasta qué punto se hacen porque creen que está bien y es lo que deben hacer. Pienso y quiero pensar que lo que estamos haciendo aquí es porque está bien y punto, lo pienso porque veo gente de diferentes religiones disfrutando de lo que se ofrece aquí, y eso me parece estupendo.

Pero de las maneras que he descrito para evangelizar, es inevitable catalogar algunas de mas invasivas o menos bondadosas y mas interesadas.

Sir irme por las ramas y por supuesto sin querer ofender a nadie, de lo que se habló es que abundantes zonas rurales, donde antes tenían religiones animistas en las que se rendía culto al agua, al árbol o a la montaña, se convierten a musulmanas, donde hay un imán que recibe dinero por cada persona del poblado que se convierte, y donde por X convertidos, le pagarán un viaje a la Meca.

Creo que la religión musulmana tiene aspectos muy interesantes y unas raíces y una disciplina admirable, y parte de esa riqueza islámica la hemos heredado en España. Sin embargo, independientemente de la religión que sea, hay maneras y maneras, y nunca me parecerá bien utilizar la necesidad y la falta de cultura de la gente para controlar y pastorear a las masas, sea religión, política o lo que sea.

Etiopía se ha caracterizado siempre por ser un país con un gran respeto entre sus habitantes por la diversidad de culturas y religiones, y sinceramente, me daría mucha pena si dentro de unos años, la competencia entre las religiones mayoritarias destruye esa cordialidad y se convierte en un problema y una fuente de disputa, y como ultima consecuencia, de guerra (como ha ocurrido en otros países no tan alejados de aquí).

Otra cosa que me planteo varias veces aquí, es el tema del respeto y el conflicto de derechos que ello conlleva:

- ¿Respeto a un invitado y no dejarle que haga nada, o respeto al anfitrión y que el invitado quiera ayudarle?;

- ¿Respeto al niño de diez años que carga un saco de maíz para su familia y ayudarle a acarrearlo, o respeto a su independencia y su orgullo porque está cuidando de su familia y ayudando a sus padres a sacar adelante la casa y no quiere ayuda?

- ¿Respeto al marido y hacer gran parte del trabajo porque él es el cabeza de familia, o respeto a la esposa y ayudarle porque tiene tantos hijos y labores que hacer que a los 40 parece que tiene 60?

- ¿Respeto al marido y taparse de arriba abajo excepto los ojos, o respeto a la mujer y dejarle que vista y se mueva como quiera?

- ¿Respeto y adoración a un Dios o a una religión y cumplir la obligación de hacer ciertas oraciones, gestos o ir a ciertos sitios todos los días incluso varias veces, o incluso a veces pagar una pequeña cantidad de dinero, o respeto hacia los intereses y valores de cada uno y los de aquellos que le rodean sin necesidad de creer en un Dios o en la religión?

- ¿Respeto por la gente que no puede acudir a orar y emitir por los altavoces a todo volumen las oraciones de modo que toda la ciudad lo oye, o respeto al derecho de cada uno a elegir qué escuchar en cada momento, porque entre otras cosas no pertenece a la religión que predica el altavoz (y esto no es solo la musulmana, por si alguien lo está pensando)?

Hay tantas reflexiones que se me ocurren sobre este tema que podría escribir páginas enteras con preguntas. Aquí, algunas de estas cuestiones no las veo tan sencillas de contestar como me parecían antes; donde antes veía falta de derechos ahora veo un poco más la parte del respeto. Sin embargo, es inevitable pensar que en algunas de estas preguntas, el mismo respeto se puede demostrar sin restar derechos a otros, o eso creo yo.

Supongo que el límite lo pone cada uno, con sus creencias, sus tradiciones y con sus circunstancias.

sábado, 7 de enero de 2012

5/1/2012 Fotógrafo en Nochevieja... pero no fotos de la celebración

La celebración de Nochevieja, prácticamente como era de esperar, igual de modesta, y sobre todo con la misma compañía que en Nochebuena y Navidad, que no es mala, pero no es a lo que estoy acostumbrado, claro, no son mi familia y mis amigos. Aquí de todas maneras no era nada, un día cualquiera en mitad del mes. Este sábado, por el contrario, sí es Navidad aquí según el calendario ortodoxo, y lo celebran como en otros lugares del mundo, en familia y en sus casas... conclusión: como no me invite alguien a su casa, que lo dudo mucho que lo hagan, pasaré otra Navidad similar.

En cualquier caso, independientemente de la celebración, mi día de Nochevieja fue un día intensísimo de trabajo (nota mental, si te preguntan ¿nos puedes echar una mano con ...? Pregunta de cuánto tiempo estamos hablando, sobre todo si la que lo pregunta es Nieves, jeje). El caso es que dije que sí a ayudar en el registro de los niños que están apadrinados, y una vez más fui nombrado fotógrafo oficial. Mas de 600 niños (que los pobres estuvieron algunos esperando todo el día supongo que sin comer prácticamente) para ser registrados y recibir una ayuda de material escolar, aceite, jabón y alguna cosilla más. Por lo visto el aceite ha subido mucho y regalarles aceite es algo bastante valorado, y eso que aquí hay aceite de todo: de algodón, de lino, de noug, de palma... creo que de cualquier cosa que tengan que pueda producir aceite. Resumiendo, comenzamos a las 9 de la mañana y terminamos a las 19h, con alrededor de media hora de descanso para comer (y porque le dimos pena a Nieves, yo creo, porque por ella ni descansábamos). De los niños que vinieron, algunos vestían algo mejor, pero muchos tenían ropa muy usada, rota, algunos con solo una zapatilla o medio destrozadas, otros descalzos… me decían que les arreglara un poco al sacarles la foto, porque no salieran llenos de polvo hasta arriba y con medio pantalón y la camiseta a tiras, pues eran las fotos que se les manda a los que apadrinan, pero la verdad es que son así y viven así, así que por una parte me parece lo más normal sacarlos en la foto como son. Con el dinero de los que apadrinan se les da de comer todos los días y se les dan ciertas cosas, pero no da para ropa ni ningún tipo de “lujo”.

Hay que decir, que con todo lo que tuvieron que aguantar, los niños esperaron pacientemente sus turnos, nadie se quejó, y muy contentos se fueron a casa con su regalito de Navidad. Los que estuvimos trabajando en el registro, terminamos agotados y aunque dediqué las últimas horas de mi día a felicitar a ciertas personas por e-mail, no comí uvas ni esperé hasta las 2 de la mañana para celebrar el cambio de año en horario español (para quien piense que es triste, no lo es, al fin y al cabo este día es especial por la gente con la que estás y el ambientillo, así que yo celebraré el año nuevo cuando esté con mis seres queridos y si sigo aquí en Septiembre, cuando entremos en el 2005). Lo que sí es cierto, es que aunque no hice gran cosa, el día de Nochevieja me dejó un buen sabor de boca para terminar el año 2011 “faranji”.

Al margen de esto, todo sigue su curso en la misión y en el College. Sigo más ocupado que los políticos en plena campaña, pero intentando decir cosas coherentes y verdaderas en mis clases. Sigo intentando hacer malabarismos para que me entiendan, lo que me está haciendo desarrollar mi creatividad para explicar las ideas y además una habilidad pasmosa para dibujar en la pizarra (si ya sabía yo que mis capacidades artísticas me llevarían a buen puerto, jeje). También estoy perdiendo la vergüenza a hablar en público, aún con mi inglés spanish, y a hacer un poco el ridículo delante de la gente y reírme de mí mismo, que me hacía falta. Los resultados de los estudiantes, aunque no sean muy buenos, me hacen ver cierta evolución y eso me alegra mucho, pues demuestran que se están esforzando.

En cuanto a mis novedades etíopes se reducen esta semana a la visita a una iglesia ortodoxa, que similar a la que describí en el capítulo de cuando fui a Gabriel, es como una pequeña casa algo antigua, rodeada de un terreno semi-baldío, con cuatro arboles y unos cuantos palos haciendo de asientos. Fui con una amiga de aquí y después de llegar y entrar con ella, me di cuenta que no era mi lugar, y no me refiero por lo de rezar, sino porque literalmente estaba sentado en la zona errónea, en la de mujeres, que es distinta de la de los hombres (aquí hay ciertos aspectos que te sorprende la igualdad entre hombres y mujeres, pero sigue habiendo muchísimas costumbres de este tipo... aparte del hecho de que las mujeres trabajan mucho, sobre todo en los pueblos, y no son respetadas en otras cosas, aunque va cambiando poco a poco). Una vez que me fui a mi sitio, obviamente no pude pasar desapercibido y dos niños vinieron a investigar por qué mis ojos no eran oscuros y mi pelo no era rizado. Al ver mi color también se pusieron a hacer gamas de marrón entre sus brazos y el mío. Cuando me levanté para ver de cerca la iglesia vinieron conmigo y me dieron la mano, mas contentos que nada, y luego estuve jugando un ratito con ellos y les enseñé a jugar al pulso chino. Luego nos fuimos a la casa de mi amiga, y me invitaron de nuevo a café y estuvimos charlando tranquilamente mientras veíamos videos musicales de canciones que todas me parecían igual, pero que debían ser diferentes porque los bailes eran distintos y los cantantes también. Me dio la sensación que aquí las canciones hablan mucho de los trabajadores, de la tierra, de la cultura local, y no tanto de amores y desamores, que es a lo que estoy acostumbrado. Tarde relajada tomando café y charlando, eso es lo que se estila aquí.

Sobre mi amharico, no sé si hablar… mejora muy poco a poco, pero ya sé decir cosas tan prácticas como espera aquí, sandía, pan, café, té, varios saludos... es decir, algunas cosas útiles y otras no tanto pero que las recuerdo, pero la verdad es que se ríen un montón conmigo (y yo también me río, claro) cuando me intentan enseñar palabras y no las recuerdo o las pronuncio mal y termino diciendo otra cosa... ¡¡qué bonito es aprender idiomas!!

Como siempre, no todas las historias son tan bonitas y divertidas y de vez en cuando te enfrentas a situaciones que te hacen meditar sobre dónde estoy viviendo y cómo lo pasa la gente que me rodea. Esta vez fue cuando un chico que estudia el módulo de IT por la mañana, y el grado de IT por la noche me pidió un favor. Para aquellos que piensen que es muy aplicado, lo es, pero aquí es normal, la gente estudia varias cosas para tener algún título con el que conseguir un mejor trabajo. De hecho, casi todos los que estudian en el turno de noche son trabajadores, varios de ellos profesores de primaria o incluso del College pero de otras asignaturas, y por la mañana son mis compañeros y por la tarde mis alumnos. Todo el mundo quiere tener más conocimientos, siempre ansiosos por aprender cosas nuevas; quizá deberíamos aprender en los países que decimos desarrollados, donde a veces parece que lo sabemos todo y necesitamos enseñar a los demás, en vez de aprender (porque yo aquí estoy aprendiendo más de lo que estoy enseñando, lo puedo asegurar).

Sin irme más por las ramas, el tema es que yo doy una copia de las presentaciones en papel y los alumnos se encargan de hacer fotocopias, y este chico vino muy discretamente y me pidió que si podía darle una copia a él, y al preguntarle por qué me dijo que por problemas familiares. Después hablando con otro profesor suyo del módulo me dijo que efectivamente se refiere a problemas de dinero, y entonces se te cae el alma a los pies cuando te das cuenta que hay alumnos que literalmente no tienen ni para fotocopias. Este chico, siempre viene bien vestido (siempre con lo mismo, pero bien vestido), impecable, nunca lo hubiera pensado. Las monjas dan los estudios muy baratos o prácticamente gratis a ciertos alumnos que no pueden permitírselo, y por eso este chico hace de 8h a 16h unos estudios, y de 17.30h a 20.30h el grado. La verdad es que es increíble pensar lo que puede pasar la gente y no te das ni cuenta porque son luchadores natos y no muestran ni un ápice de debilidad, no se rinden, y tienen una fuerza increíble para intentar cambiar su situación social y vivir mejor.

Sí que es verdad que en el College en general no se ve ropa especialmente cara, y varias personas viste con ropa medio rota de lo desgastada que está, pero algunos no visten tan mal y puede que estén en la misma situación de los que parecen muy pobres.

El contrapunto gracioso y entrañable lo han puesto los niños del kindergarden, que han hecho bailes y la representación de la historia del nacimiento de Jesús. Como viene siendo normal, han tenido su puntos graciosos por la espontaneidad propia de los niños, y en los bailes, impresionante como se mueven estos pequeñajos, jejeje, son tan monos con los trajes típicos y moviendo cabeza y hombros haciendo las danzas regionales!!

A ver si la próxima entrada en el blog me permite contar algo más de la Navidad de aquí, aunque sea por lo que me cuenten.

FELIZ NAVIDAD ETÍOPE, el día 28 de Tahsas de 2004 (fecha local, claro J).