Aprovechando una pequeña
intoxicación por comida (sí, otra vez por pescado… menos mal que no pido
Sushi), estoy sacando tiempo para contar lo que me lleva pasando en el último
mes, y empiezo hace un mes pues fue mi cumpleaños, y ante las expectantes
preguntas de “¿y cómo se celebran los cumpleaños en Etiopía?” diré que no tengo
ni pajolera idea pues me la pasé en Addis en busca de mi pasaporte… empiezo:
En mi cumpleaños tuve varias
sorpresas, unas buenas y otras malas.
Como buena, mis alumnos me
prepararon una pequeña e inesperada fiestecilla. El día anterior a mi
cumpleaños, tenían que presentarme un trabajo todos a las 4, y cuando llegué
tenían la clase toda cerrada. Al entrar me recibieron con todas las mesas en
círculo, alrededor de la clase, y pusieron en el centro sólo cuatro mesas con
forma de cruz con una gran vela encendida, flores, unos platillos con palomitas
y caramelos para todos, hierba por toda la clase, de la que usan para las
ceremonias, y en la pizarra unas banderitas y pintado con tizas de colores
“Feliz Cumpleaños” en amhárico, “a Diego” en inglés (para que entendiera algo).
Fue muy emocionante pues no me esperaba nada y resultó que Nieves les había
chivado a algunas estudiantes que cumplía años, y aunque se adelantaron un poco
fue mejor, por lo inesperado y porque al día siguiente no iba a poder estar.
Estuvimos charlando un poco, hubo
un poquito de música, me dieron las gracias por ser su profesor y me dijeron que
se alegraban mucho de que estuviera allí… y mira que les meto caña. Ya me han
insinuado que tengo que ser su profesor hasta su graduación, pero como lo veo
un poco complicado les he dicho que veremos a ver el año que viene, pero que
intentaré venir a su graduación. La verdad es que me hace ilusión que me digan
esas cosas, sobre todo con el mal cuerpo que se me queda cuando reparto
suspensos como si fueran caramelos… .
En cuanto a la mala noticia la
recibí a continuación, cuando esa misma tarde Nieves me dio una “interesante”
novedad… había hablado con los del Secretariado Católico y le habían dicho que
no sabían dónde estaba mi pasaporte. El Secretariado Católico es el que me está
des-gestionando el permiso de trabajo/extensión de mi visa, y bien digo
des-gestionando porque lo están liando más que arreglarlo; y con esto mostraron
una vez más su incompetencia.
Aunque mis cabreos son
internos y habitualmente la humanidad no lo percibe (creo que sólo los detectan
los perros), creo que esta vez al menos se nota en mí cierta dosis de odio que
voy poco a poco expulsando de mi cuerpo cada vez que hablo del tema (y mi odio
sigue latente pues a día de hoy aún no tengo pasaporte ni permiso de trabajo).
El caso es que tuve que ir al
día siguiente, Cumpleaños Feliz, a Addis para ver qué había pasado, pues ya no
sólo me lo habían perdido, sino que ni siquiera sabían quién lo había llevado a
Inmigración (suponiendo que lo han llevado). Finalmente Nieves no pudo
acompañarme pues estaba mala y fui con la superiora, que tiene por contra que ninguno
de los dos sabíamos amhárico, así que nos llevamos con nosotros al chófer/mecánico
que habla inglés (y que además es mi alumno) y le dijimos que abriera las
orejas y nos tradujera (que en el fondo a él también le interesaba que su
profesor se quedara en el país).
Al llegar allí, por supuesto,
nadie se quiso hacer responsable: decían que lo habían llevado pero que no se
había pagado, pero no encontraban el recibo… todo lo que decían no tenía ni
pies ni cabeza. Llegó un momento en el que hablamos con el jefe de esa sección del
Secretariado y con otro de los jefes y les canté las cuarenta (muy
educadamente) diciéndoles que estaba muy decepcionado, que me parecía una
vergüenza la forma que lo estaban llevando, que no se preocupaban en absoluto,
y les dejé bien claro que la Universidad Católica en sí me daba igual, y que si
me quedaba era por mis alumnos, que no se lo merecían, y porque los estudios en
Zway los llevaban las hermanas que dan oportunidades a los pobres y a las
mujeres, y creo que eso también merece la pena, pero que si fuera por ellos me
largaba a España en cuanto tuviera pasaporte.
La cierto es que este tipo de
cosas dejan siempre mal cuerpo, pero que encima vengas voluntariamente para
ayudar y ellos no pongan nada de su parte es para mandarles a tomar por …..
En fin, ira aparte, el
día se resumió en viajes entre el
Secretariado Católico, la embajada para que estuvieran al tanto y
posteriormente para solicitar mi nuevo pasaporte, y la policía para que me
hiciera un papelito/denuncia de que mi pasaporte había desaparecido (auto-acusándose
el Secretariado Católico de la pérdida, que los muy perros al principio querían
que yo dijera que lo había perdido).
Ante esta incompetencia,
Sister Gio (que es la emprendedora hermana que ahora está en Dilla y de la que
hablé en la anterior entrada), una italiana de armas tomar, dijo que iría a ver
si se enteraba de algo más en Inmigración, y allá que fue con una ristra de
rosarios y fotos de la virgen para ver si aclaraba algo (aquí es así, puedes
lubricar ciertos asuntos con dinero o con religión). Funcionó ligeramente y al
menos pudo comprobar que efectivamente no habían registrado ninguna extensión
de visa desde el 23 de Abril, con lo cual deducimos, niños y mayores, que estoy
ilegal en Etiopía desde esa fecha.
A lo largo de este último mes
nos hemos ido enterando de más cosas, y la última teoría es que el pasaporte no
ha llegado a Inmigración, y considerando el comportamiento tan irregular del
que lleva el tema, yo me espero que mi pasaporte pueda hasta estar en manos de
alguien (y considerando mi parecido con los habitantes de cualquier de los
países árabes colindantes…). Afortunadamente declaré la pérdida en cuanto me
enteré y ya está inactivo, pero no sé qué pasará ahora.
A día de hoy sé que tendré que
ir a juicio por este tiempo ilegal y espero que sólo pagar una multa (que el
Secretariado Católico pagará), pero tengo que recibir el pasaporte y finalizar
el permiso de trabajo… Quién sabe si pase algo más y me deporten, y la
siguiente entrada del blog la haga desde España… o peor, desde la prisión
(jeje, me río porque me han asegurado que esto no pasará, pero no sé si reírme
muy alto).
Como detalle de mi viajecito a
Addis puedo decir que encontré a la persona con las rastas más largas que he
visto en mi vida, que le llegaban hasta los tobillos.
Y a colación del movimiento
rasta, me han comentado este año, que nació aquí (que soy un ignorante de la vida). Jemil, en una de nuestras
quedadas me comentó un poco el origen de Ras Tafari. “Ras” es un título que se
da a algunos hombres, como “Señor”, y este hombre conocido como Ras Tafari, con origen en el sur de Etiopía, en Sashemene, se convirtió en rey (rey Haile Selassie) e hizo mucho por el pueblo
etíope, por lo que mucha gente lo admiraba y la gente decidió seguir el estilo
que llevaba antes de ser rey (con lo que ahora llamamos rastas). En Sashemene
concretamente hay un barrio entero de gente rasta que tienen cierta
independencia/libertad en ciertos temas (como el consumo de ciertas sustancias)
aunque aún no he ido a comprobarlo personalmente. Por contrastar, la Wikipedia dice otra cosa, y dice que el origen es Jamaica, y directamente decían que era la reencarnación de Dios. Como yo en temas de religión no me meto, y no tengo ni idea de cual es la verdad, aquí lo dejo y que cada uno crea lo que quiera.
Hablando de Jemil, otra de las
sorpresas agradables que recibí en mi cumpleaños fue su regalo: una guía de animales
de Etiopía. Es de las que dan gratis y no es nada del otro mundo, pero él lo ha
hecho de una manera especial y estoy convencido que es algo que tenía porque le
gustaba y ha preferido dármelo, así que lo tomo como un gran regalo. Incluso me ha grapado un pequeño mensaje
felicitándome el cumpleaños ¡qué “salao”!
Como siempre, prefiero
quedarme con el cariño de la gente, que con la mala leche que me embarga, así
que pasado el tiempo tengo un buen sabor de boca de mi cumpleaños.